lunes, 26 de julio de 2010

Nublado


Soy un fresa.
Llegué a esa conclusión a las 5:30 de la mañana, mientras miraba el techo fijamente, con las mas firmes intenciones de dormir, pero ni una pizca de sueño. A veces, quisiera poder conciliar el sueño, porque cuando hay gente en la casa, la madrugada deja de ser un buen momento para hacer cosas. Si alguien duerme, no puedo encender la tele, ni tocar la guitarra, ni escribir, ni nada. Nada que no sea yacer en mi cama, en silencio y con la vista fija en el techo. Y soy un fresa, porque me gustaría precisamente recuperar la habilidad de dormir en horarios de "Gente Normal".
However, con la vista fija en el techo, empezé a pensar en cuando fué la última vez que pude dormir antes de las dos de la mañana: Tiene dos años de eso. Antes de la una? No lo recuerdo. Menos aún recuerdo la última vez que pude dormir antes de la media noche.
Pero en eso estaba cuando mi padre se levantó de mi cama (El duerme en mi cama cuando viene, y yo en una cama más pequeña). Encendió la luz y preguntó si aún no me dormía. No, claro que aún no me dormía, pero preferí omitir el sarcasmo acumulado de toda la noche sin hacer nada. Se vistió, me pidió cambio de un billete de 100, nos despedimos y se fué.
No tenía nada de sueño. Me levanté y tomé la guitarra: El día había comenzado. Lloviendo, por cierto.