Ese era el título de la foto, que me encontré arrumbada entre archivos muy viejos, ahora que estoy haciendo limpieza de mi computadora. Me la robé del Hi5 de alguien hace mucho tiempo, tanto que ya no recuerdo de quién era el Hi5, y ciertamente tampoco tengo ni puñetera idea de quién tomó la foto. Pero está. Existe y si la guardé, debe haber sido porque es un testimonio gráfico perfecto de como eran mis días hace algunos ayeres. Hace ya algunos años. Una pasadita por photoshop, y quedó así.
Se dice que una imagen dice más que mil palabras, y yo agregaría que es cierto, siempre y cuando se sepa interpretar la imagen.
Anyway ahí está la foto, guardando celosamente un instante de tiempo que ya nunca (Por fortuna) se volverá a repetir y mirando -seguramente divertida- las reacciones de los retratados al verse a si mismos en esa escena, en la que ahora, al menos yo, me siento tan ajeno.
