martes, 1 de marzo de 2011

Luces de colores


"Ya no des vueltas, no vayas tan rápido".
Decías eso todo el tiempo, pero en realidad nunca querías que parara.
Visitábamos a diario el Monumento a la Revolución, pero no teníamos una razón específica.
No íbamos a las marchas que pedían nuevo gobierno, no íbamos a ver tocar a las bandas de guerra del gobierno viejo, no íbamos a tomar fotos del monumento ni de la gente, sólo estábamos ahí porque nos quedaba cerca, porque era el punto medio entre tú y yo.
No íbamos a mojarnos a las fuentes danzantes.
Sólo íbamos a sentarnos a esperar que anocheciera y encendieran las luces de colores.
A dar vueltas agarrados por los brazos, como unidos por un tipo de energía que no sé cómo explicar.
A marearnos y sentarnos a ver las luces después.
Siempre hablamos de comprarnos un "Fabuloso Fred", porque a los dos nos gustaban las luces de colores.
Por eso nos gustaba ir a los puentes peatonales y ver las luces de los coches.
Por eso fuimos a un cine a las 12 de la noche a ver "Tron".
Tú con tu uniforme de la escuela y los labios pintados de azul.
Y tus labios en la oscuridad pintando mis labios y mi cuello. Bañados por las luces de colores de la pantalla del cine. Tus labios y mi cuello, tus piernas y mis dedos. Las luces de colores de "Tron".
Tú con tu uniforme de la escuela en el Monumento a la Revolución. Dando vueltas y mirando las luces de la fuente.
Tú sin tu uniforme de la escuela el día que llevaste series navideñas a una habitación de hotel, cerraste las cortinas y me dijiste que ese día era nuestro día.
Y esa noche, como muchas otras noches, dando vueltas agarrados por los brazos, me dijiste que no necesitabas usar drogas.
Y todo era perfecto.
Pero un día te fuiste con alguien que usaba el mismo uniforme que tú.
Y ver luces ya nunca ha sido lo mismo desde entonces.
Ya no voy al Monumento a la Revolución desde que ya no contestas el teléfono.
Compré "Tron" en HD.
Sé que si la viéramos en un cuarto de hotel y con las luces apagadas, te acordarías de porqué nos quisimos tanto.