miércoles, 4 de agosto de 2010

Vacía


Habia dejado de llover, estaba aburrido y vi la calle vacía. Por eso me animé a cruzar la insondable puerta de mi casa, sacudirme la pereza e ir a dar un vuelta por el barrio, con la esperanza de no encontrarme con lo mismo de siempre. Tenía la esperanza (raro en mi eso de tener esperanzas) y casi podria decir que la certeza de que habia algo que iba a hacer ese día diferente de todos los demas. que al fin habría un cambio en mi vida, tan gastada y consabida por mi mismo, donde día tras día pasaba lo mismo, como un muy mal "reprise" de película ochentera, de esas que pasan una y otra vez en la televisión y que todo mundo acaba por aprenderse. Asi era como veía mi vida, sin mayor chiste, sin ninguna emoción desde hacía un buen rato. Por eso me decidí a ir a caminar bajo el manto que me daba la lluvía que acababa de terminarse, ese maravilloso lapso de tiempo donde nadie sale a la calle por miedo a que la lluvia regrese. No tenía nada que perder y tenía el extraño presentimiento de que algo bueno pasaría. Talvez me encontrara un billete de $200 o un boleto de lotería, o me cayera, me fracturara el brazo y que ese hecho desatara una serie de circunstancias azarosas que desembocarían en conocer al amor de mi vida (si es que yo tengo un "amor de la vida").. o algo. Pero tenía la certeza, la estúpidamente feliz certeza de que algo iba a pasar.

....

No paso nada. Nada....

6 comentarios:

María Fernanda dijo...

Eso fue exactamente lo que pasó. El hecho de que quisieras que pasaran tantas cosas y pasara ninguna. Es como si cuando más esperas algo el destino te recordara que pasa lo que él quiere, no lo que tú.

Sí, ese ratito de cuando acaba de llover es la mera ley. Como ahorita.

Rosa Flamingo dijo...

Jajaja, pues eso no rifa... "Que te pase no pasarte algo."

María Fernanda dijo...

Depende de los ojos con que se mire... A mi me haría ocuparme de cosas más reales que esperar que el destino quiera lo mismo que yo :P
Un beso, muchacho.

Rosa Flamingo dijo...

No quiero que el destino quiera lo mismo que yo... Para propósitos informativos, pienso que si uno no hace algo por cambiar su "destino" el destino no va a cambiar por arte de magia. Esta entrada se refiere precisamente a que yo salí con ganas de cambiar mis monótonos días, pero no pasó nada. Lo enlistado se refiere solo a ejemplos de cosas que podrían haber pasado, no a las cosas que hubiera querido que pasaran...
En fin, pretendía ser una entrada "curiosita", no un episodio de "mercado de lagrimas".
Besos comentosos, muchacha. :P

Anónimo dijo...

....a quien no le ha psado eso... , que tiene esa extraña sensacion de cambiar su futuro o como le quisiesess llamar y sales con el animo , pero no te pasa nada...
en fin ... la entrada es dfernte a lo que habias subido...
ahh.. besos!!! abrazoss!!!
tq..

Anónimo dijo...

Mas bien el destino lo creamos dìa a dìa con nuestras acciones, con nuestras desiciones, aquèl que diga que el destino està trazado miente!! Èste lo creamos y construìmos nosotros!! Nadie màs toma control sobre nosotros que nosotros mismos!!
Pero entràndole al tema del post!! pues son esos pequeños momentos que debemos disfrutar porque percibimos y sentimos!!
buen camino!! =D atte: Ela