martes, 1 de abril de 2014

Recipe



Podemos irnos a llorar a KFC 
si cada uno de nosotros  
coopera con 20 pesos. 

Compraremos una cubeta gigante 
con doce piezas crujientes 
por menos de lo que cuesta 
un plato en un buen restaurante. 

Vamos a KFC a comer pollo barato, 
a lamentar nuestras patéticas vidas, 
a contarnos porqué no conseguimos trabajo, 
a reprimir nuestros instintos suicidas. 

¿Porqué no lo pensamos antes? 
Vamos a llorar a un KFC, 
la verdadera receta secreta 

son mis lágrimas, coronel Sanders.

No hay comentarios: