domingo, 2 de febrero de 2020

puntos finales



a la persona que me dijo que “podía hacer algo mejor”. puedo, pero no me da la gana.


hay días en los que me levanto y verdaderamente despierto, 
días en los que comprendo que nuestra vida no tiene sentido 
ni nosotros un propósito 
y por tres segundos eso me ayuda a levantarme de la cama

hay días en los que me reconozco como la más agria que haya pisado esta tierra

hay días en los que asumo a las personas en general y a las cosas que adoran como lo más ridículo que haya jamás existido

hay días que basta -¿para qué?- con ver a lulú fuentes en minivestido 

hay días en que no pasa nada

hay días donde no pasa el autobús que me lleva al cementerio donde debería tomar el siguiente 

hay días en los que sirvo el líquido asqueroso de mis preocupaciones sobre un pequeño monitor con alguna tipografía gratuita y de uso libre como cuando tenía 15 o 25 y pienso en los 35 como si fueran el siguiente evento importante, pero me acuerdo que el siguiente evento importante va a ser el cereal del desayuno un día de estos

hay días en los que vivir se siente como un programa de concursos que no entiendes como funciona, que nunca has visto, pero de todas maneras estás ahí sentado entre el público cuando te das cuenta de que no eres un espectador sino que también estás jugando

hay días en los que nadie es nada, te sientes un país pero en realidad no eres tierra, eres un charco, agua estancada y al mismo tiempo eres el mar en algún mapa dibujado desde la perspectiva sesgada de algún cartógrafo sin experiencia pero con un montón de corazón

hay días en los que imagino que no habrá más días 

hay días que son las verdaderas cosas que valen la pena y tú no estás vestido apropiadamente para la ocasión pero eso es lo de menos y no las camisas planchadas o los vestidos con flores 

hay días en los que te preguntas si algo va a durar pero luego te recuerdas deseando que se acabe tu película favorita para poder ir al baño 

hay días en los que me levanto feliz de estar simulando, 
aunque no vaya hacia ninguna parte
ni esté trabajando en nada
y por varios años, eso me ha enseñado a respirar fuera del agua

hay días en donde una amiga blanca me dice que sólo se vive una vez pero yo pienso que yo vivo muchas y me pregunto qué es lo que quiero hacer cuando vuelva a cumplir 25 años y luego un amigo negro me pregunta que si soy un hombre-por-qué o soy un hombre-por-qué-no y pienso que debo contestarle que ni siquiera me identifico con ese término pero pienso después que eso tampoco vale la pena, como las letras mayúsculas, lo que opinan de tus poemas o los puntos finales

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